viernes

Vida de luces


Las luces tienen vida propia, conviven entre sí. Piensan, ríen, se enojan y hasta enamoran. Muchos creen que al explotar una ampolleta hay solo un desperfecto técnico detrás, pero en definitiva no es más que un intenso manifiesto de ira. En la noche observamos desde lejos a todas las que no alcanzaron a toparse con la lluvia o uno que otro astronauta, ellas darían la vida por vivir entre nosotros.
Las hay con estilo (recurrentes en conciertos y discotecas), más pasivas (rituales esotéricos o iglesias), robustas y enérgicas (focos de calles y estadios). Algunos imitadores baratos han intentado plagiar a estos seres, tal es el caso de los artículos fosforescentes y pulseras flúor que extraen un poco de la luz propagada por el sol y se ríen con estilo en la oscuridad. Todo un arte complejo esta vida de luces.

miércoles

Técnicas para un triste




Lanzamiento al vacío.
Sobredosis de barbitúricos.
Inhalación de Dióxido de Carbono.
Ahogamiento en el mar.
Corte en estómago con espada (ritual Seppuku).
Lanzamiento a un río.
Intoxicación con morfina.
Balazo en el pecho.
Ahogamiento con bolsa de plástico.
Consumo de veneno.
Envenenamiento con Aspid.
Ahorcamiento con soga atada a un árbol.
Desangramiento con objeto cortopunzante.
Pena.

viernes

Nueve grados de separación



Nicolás tiene un lápiz azul con manchas amarillas que conocen las tijeras rosadas de María Paz, las que en medio de una broma cortaron el pelo de la Fran, el que tenía un pinche naranja que al perder todos sus dientes se fue directo al basurero de la sala de clases, conociendo de cerca el yogurt de vainilla que Joaquín llevó de colación, que en la misma basura tuvo contacto con la mermelada de mora hecha en la cocina de la abuela Mercedes, la misma que cocinó unas prietas saladas que nadie quiso comer, en la basura se salpicaron sobre un tiburón plástico y reciclado que en una vida anterior sirvieron a un mal médico como guantes quirúrgicos, los cuales abrazaron la sangre ardiendo de una madre que murió dando a luz a Nicolás.

miércoles

Hot Butter


La escencia del papá se quedó impregnada en el tocadiscos... no había que encenderlo, se le podía escuchar llorar de nuevo. Podía volver a oirlo respirar agitado con ganas de un cigarro.
Ándate papá, deja tus recuerdos y ya, vete para siempre. Duele tanto oir tu descanzo sin verte. Aún escucho tu frase mañanera, "lindo día para los que aún siguen viviendo".